Kaled Yorde / Abogado Fuente Original: noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?star...
Es tanta la tergiversación del sistema democrático y tan laxa la idea que los tiranos y autócratas de turno (Grupo PODER) tienen y esgrimen para justificar sus abusos, que preferible es hablar de aquello que contrario u opuesto en vez de lo que es la democracia. Como el régimen castrista en Cuba y el revolucionario bolivariano en Venezuela suelen calificar como democrático todos sus atropellos, mentiras y abusos de poder, es necesario entonces para una mejor comprensión del término, destacar aquello que en verdad de democracia no tiene nada para que la gente entienda un poco.
En ese orden de ideas, pretender la reelección indefinida del Decano Bonerje Mejía, o lo que es peor aún, una ocupación vitalicia del cargo, es algo totalmente contrario a lo democrático. ¿Por qué razón? Porque un verdadero sistema de libertades y de respeto a la voluntad popular, es absolutamente incongruente con la permanencia en el poder del mismo individuo más allá del período que constitucionalmente le corresponda. Por lo general, en el ordenamiento universitario se estipula un lapso de cuatro años y otro más para la reelección, tal como ocurre en otros países de américa, sólo por dar un ejemplo. Uno de los postulados fundamentales que caracterizan al sistema democrático es la alternabilidad en el poder; cuando esto falta y es el mismo individuo quien se perpetua en el cargo, se está violentando abiertamente tal disposición clásica de los sistemas libertarios del mundo, convirtiéndose en el régimen en autocrático y dictatorial. El mismísimo Simón Bolívar lo señaló acertadamente en una ocasión: "Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos". De hecho, el gobernante que se perpetúe en el poder se acostumbra a mandar y el pueblo que lo soporta se acostumbra obedecerle. Jamás puede ser democracia el que se concentre todo el poder en manos del Decano, el secretario y el Director del Bufete Popular: Eso es diametralmente opuesto a democracia, convirtiéndose en ese caso el Decano en un autócrata, un monarca, un sultán o caudillo dueño de todo, incluida la voluntad de su propio Gremio Estudiantil, Docente y Profesional. Tampoco es democracia el sistema en donde los poderes Judicial y Legislativo se sometan al Poder Ejecutivo; en donde el Decano no le rinda cuentas a nadie (Ni al Propio Consejo Superior Universitario) ni someta sus gastos y el dinero de la nación a ningún control. En nuestro caso, jamás puede ser democracia la sumisión de los tribunales y el Ministerio Público que han encubierto a Mauricio Ortega Pantoja para que no pueda ser procesado Penalmente, además el llamado Poder Moral, a los designios del jefe de Estado. Mucho menos el sistema en donde ese jefe de Estado controle de manera absoluta al Poder Electoral, aun cuando frecuentemente hayan elecciones. Tampoco es democracia crear un partido único, marginando a otras agrupaciones como Derecho Unido, Fe y Innovación, ni ideologizar a los pueblos. Eso está totalmente divorciado de lo que es verdaderamente un sistema libertario. Entendámoslo de una vez por todas: ¡Esto no es democracia!
Es tanta la tergiversación del sistema democrático y tan laxa la idea que los tiranos y autócratas de turno (Grupo PODER) tienen y esgrimen para justificar sus abusos, que preferible es hablar de aquello que contrario u opuesto en vez de lo que es la democracia. Como el régimen castrista en Cuba y el revolucionario bolivariano en Venezuela suelen calificar como democrático todos sus atropellos, mentiras y abusos de poder, es necesario entonces para una mejor comprensión del término, destacar aquello que en verdad de democracia no tiene nada para que la gente entienda un poco.
En ese orden de ideas, pretender la reelección indefinida del Decano Bonerje Mejía, o lo que es peor aún, una ocupación vitalicia del cargo, es algo totalmente contrario a lo democrático. ¿Por qué razón? Porque un verdadero sistema de libertades y de respeto a la voluntad popular, es absolutamente incongruente con la permanencia en el poder del mismo individuo más allá del período que constitucionalmente le corresponda. Por lo general, en el ordenamiento universitario se estipula un lapso de cuatro años y otro más para la reelección, tal como ocurre en otros países de américa, sólo por dar un ejemplo. Uno de los postulados fundamentales que caracterizan al sistema democrático es la alternabilidad en el poder; cuando esto falta y es el mismo individuo quien se perpetua en el cargo, se está violentando abiertamente tal disposición clásica de los sistemas libertarios del mundo, convirtiéndose en el régimen en autocrático y dictatorial. El mismísimo Simón Bolívar lo señaló acertadamente en una ocasión: "Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos". De hecho, el gobernante que se perpetúe en el poder se acostumbra a mandar y el pueblo que lo soporta se acostumbra obedecerle. Jamás puede ser democracia el que se concentre todo el poder en manos del Decano, el secretario y el Director del Bufete Popular: Eso es diametralmente opuesto a democracia, convirtiéndose en ese caso el Decano en un autócrata, un monarca, un sultán o caudillo dueño de todo, incluida la voluntad de su propio Gremio Estudiantil, Docente y Profesional. Tampoco es democracia el sistema en donde los poderes Judicial y Legislativo se sometan al Poder Ejecutivo; en donde el Decano no le rinda cuentas a nadie (Ni al Propio Consejo Superior Universitario) ni someta sus gastos y el dinero de la nación a ningún control. En nuestro caso, jamás puede ser democracia la sumisión de los tribunales y el Ministerio Público que han encubierto a Mauricio Ortega Pantoja para que no pueda ser procesado Penalmente, además el llamado Poder Moral, a los designios del jefe de Estado. Mucho menos el sistema en donde ese jefe de Estado controle de manera absoluta al Poder Electoral, aun cuando frecuentemente hayan elecciones. Tampoco es democracia crear un partido único, marginando a otras agrupaciones como Derecho Unido, Fe y Innovación, ni ideologizar a los pueblos. Eso está totalmente divorciado de lo que es verdaderamente un sistema libertario. Entendámoslo de una vez por todas: ¡Esto no es democracia!
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